Desde que el ser humano tomo conciencia de si mismo y su entorno sintió la necesidad de buscar medios para aliviar el dolor propio y de sus semejantes; por esta razón, siempre buscó mecanismos para lograrlo, entre estos: la invocación de los elementos de la naturaleza, la energía vital de su propio ser, la recolección de hierbas, plantas, cristales y rocas como el imán o magnetita. Los egipcios, griegos, chinos y romanos fueron los primeros en darle una aplicación medicinal al magnetismo, porque descubrieron sus cualidades analgésicas y desinflamatorias. Estos conocimientos ancestrales lamentablemente se perdieron en el tiempo y debieron transcurrir algunos siglos para que científicos como:

• El Dr. William Gilbert (1544 - 1603) destaque la influencia que ejercen los campos magnéticos sobre todos los cuerpos existentes en el universo.
  
• El Dr. Antón Messmer (1734 - 1835) cure exitosamente a sus pacientes con el tratamiento basado en lo que él llamó "Magnetismo animal".
  
• En 1988 el Dr. Isaac Goiz Durán (1941) al tratar su primer paciente diagnosticado con SIDA, confirmado con la prueba Western Blood, aplica el Biomagnetismo y descubre el par Timo-Recto
  

Este novedoso procedimiento médico que utilizo para tratar el SIDA le llevó a la conclusión de que se trataba de un par bien definido de polos con carga contraria que se ubican en la parte media del esternón (Bacteria) y en la parte distal del coxis (Virus), a lo que denominó como par timo-recto, que hasta la fecha identifica al Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida, por VIH.
Este novedoso procedimiento médico que utilizo para tratar el SIDA le llevó a la conclusión de que se trataba de un par bien definido de polos con carga contraria que se ubican en la parte media del esternón (Bacteria) y en la parte distal del coxis (Virus), a lo que denominó como par timo-recto, que hasta la fecha identifica al Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida, por VIH.